Publicado

2014-01-01

Expresión, descripción y creencia consciente

DOI:

https://doi.org/10.15446/ideasyvalores.v63n154.30177

Palabras clave:

F. Brentano, expresivismo, creencia (es)

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Autores/as

  • Javier Vidal López Universidad de Concepción

Se trata de revisar el expresivismo respecto a emisiones de la forma "Creo que p". El expresivista sostiene que una emisión de "Creo que llueve" es una expresión, y no una descripción, de la creencia de que llueve. Se propone una variación del expresivismo según la cual una emisión así expresa la creencia consciente de que llueve, en el sentido de la teoría de la conciencia de Brentano: una creencia consciente de que llueve tiene el contenido de que llueve y de que él mismo, el creyente, cree que llueve.

doi:10.15446/ideasyvalores.v63n154.30177

EXPRESIÓN, DESCRIPCIÓN Y CREENCIA CONSCIENTE*

EXPRESSION, DESCRIPTION, AND CONSCIOUS BELIEF

EXPRESSÃO, DESCRIÇÃO E CRENÇA CONSCIENTE

JAVIER VIDAL
Universidad de Concepción - Chile
fravidal@udec.cl

Artículo recibido: 07 de Junio del 2012; aceptado: 05 de octubre del 2012.


Resumen

Se trata de revisar el expresivismo respecto a emisiones de la forma "Creo que p". El expresivista sostiene que una emisión de "Creo que llueve" es una expresión, y no una descripción, de la creencia de que llueve. Se propone una variación del expresivismo según la cual una emisión así expresa la creencia consciente de que llueve, en el sentido de la teoría de la conciencia de Brentano: una creencia consciente de que llueve tiene el contenido de que llueve y de que él mismo, el creyente, cree que llueve.

Palabras clave: F. Brentano, expresivismo, creencia.


Abstract

The paper reviews expressivism with respect to statements of the form "I believe that p". The expressivist holds that the statement "I believe it is raining" is an expression and not a description of the belief that it is raining. The article proposes a variation of expressivism according to which such a statement expresses the conscious belief that it is raining, in the sense of Brentano's theory of consciousness. The content of the conscious belief that it is raining is that is raining and that the believer believes that it is raining.

Keywords: F. Brentano, expressivism, belief.


Resumo

Neste artigo, pretende-se revisar o expressivismo a respeito de emissões da forma "Acredito que p". O expressivista sustém que uma emissão de "Acredito que chove" é uma expressão e não uma descrição da crença que chove. Propõe-se uma variação do expressivismo segundo a qual uma emissão assim expressa a crença consciente de que chove, no sentido da teoria da consciência de Brentano: uma crença consciente de que chove tem o conteúdo de que chove de que ele mesmo, o que acredita, acredita que chova.

Palavras-chave: F. Brentano, expressivismo, crença.


I

Mi objetivo es mostrar que, según una versión revisionista del expresivismo respecto de la emisión de oraciones de la forma "Creo que p", el expresivismo debe conjugarse con la tesis de que una emisión de, por ejemplo, "Creo que llueve" expresa la creencia consciente de que llueve, en el sentido de F. Brentano.

El expresivismo respecto de una emisión de "Creo que llueve", del que existen versiones incompatibles, pero con este mínimo denominador común, es la tesis de que habitualmente esa emisión es una expresión o manifestación, y no una descripción, de la creencia de que llueve.1 Wittgenstein, de quien no me voy a ocupar directamente en este artículo, dice al respecto: "'Creo que...' ilumina mi estado. De esta manifestación se pueden inferir conclusiones sobre mi conducta. O sea que aquí hay un parecido con las manifestaciones de los cambios de emoción, humor, etc." (Wittgenstein 1988 II 439-441). Ahora bien, Wittgenstein concluye que la emisión de un hablante de "Creo que llueve" no tiene el contenido autoadscriptivo: que él mismo cree que llueve. Dice que una emisión de "Creo que p" tiene aproximadamente el mismo significado que una emisión de "p" (cf. Wittgenstein 1997 §§472-473, 477-478; 1988 II 436-438).

Pero los neoexpresivistas están comprometidos, además, con la tesis de que una emisión de "Creo que llueve" tiene un contenido autoadscriptivo. Ello se debe principalmente a la necesidad de justificar la continuidad lógico-semántica entre una emisión de "Creo que llueve" por parte de un hablante X y una emisión de "X cree que llueve", que sin duda tiene el contenido heteroadscriptivo: que X cree que llueve. Pues, una emisión de "Creo que llueve" por parte de X es verdadera si, y solo si, X cree que llueve, en cuyo caso ambas emisiones tienen el mismo valor de verdad en cualquier circunstancia (cf. Bar-On 8-9). Es preciso hacer ahora, como es característico de las nuevas versiones del expresivismo, una primera distinción entre expresión y descripción. Una expresión y una descripción son tipos de actos lingüísticos de un hablante que pueden tener el mismo contenido autoadscriptivo: que él mismo cree que llueve. Pero, a diferencia de una expresión, la descripción de una creencia es un acto lingüístico que consiste en informar de que el hablante tiene una determinada creencia. Entiéndase que dar un informe sobre una cierta condición mental es referirse objetivamente a ella, de tal manera que, a pesar de que en el caso de una emisión de "Creo que llueve" se trate de la creencia del propio informante, él tiene que hacerlo como si estuviera hablando de la creencia de cualquier otra persona. Es claro que así no está expresando o 'dando voz a' su creencia de que llueve, del mismo modo que mediante una emisión de "Ella cree que llueve" no puede expresar o 'dar voz a' la creencia de que llueve de otra persona. El neoexpresivista solo niega que el hablante de una emisión de "Creo que llueve" sea un informante de su creencia de que llueve.2 No niega que la emisión tenga un contenido autoadscriptivo. Pero si la emisión tiene un contenido autoadscriptivo, parece que todavía hay algún sentido en el que el hablante está afirmando que él mismo cree que llueve. Es conveniente distinguir, por ello, entre un sentido fuerte y un sentido débil de aseverar que uno mismo se encuentra en una cierta condición mental, a semejanza de otros autores (cf. Bar-On 247, 254-255).

El sentido fuerte entraña que el hablante está informando de su condición mental, como si fuera la condición mental de cualquier otra persona. Entonces, una emisión de "Creo que llueve" no es para el neoexpresivista una aserción en el sentido fuerte. Pero si la emisión, a pesar de que no es un acto lingüístico consistente en describir la creencia de que llueve, tiene un contenido autoadscriptivo, parece razonable decir incluso que es una aserción en un sentido débil. El sentido débil entraña meramente que el hablante está afirmando que tiene esa creencia. En otras palabras: una emisión de "Creo que llueve" puede ser tanto una expresión de la creencia de que llueve como una aserción con el contenido veritativo-condicional de que uno mismo3 cree que llueve. Así que la emisión puede ser verdadera o falsa. Eso no significa que el hablante esté informando de su creencia de que llueve. Se trata precisamente de un tipo de aserción cuya función es expresar o manifestar, mediante la articulación de ese contenido autoadscriptivo, la creencia de que llueve. El hablante expresa su creencia de que llueve mediante la autoadscripción de esa creencia (cf. Finkelstein 215-222).4

La teoría de Brentano es una teoría general de los fenómenos conscientes. Dice, por ejemplo:

Todo acto consciente incluye dentro de él una conciencia de sí mismo. Por ello, cualquier acto consciente, por simple que sea, tiene un doble objeto, un objeto primario y un objeto secundario. El acto más simple, por ejemplo, el acto de oír, tiene como objeto primario el sonido y su objeto secundario es el acto mismo, el fenómeno mental en el que el sonido es oído. (Brentano 153-154; cf. también Kriegel 478-483)

La tesis de Brentano es, entonces, que una creencia consciente es aquella que se representa a sí misma, en el sentido de que una parte del contenido de la creencia es sobre la propia creencia. El contenido de la creencia es solo parcialmente autoadscriptivo de la creencia porque también es, desde luego, parcialmente no autoadscriptivo. De manera que si el hablante tiene la creencia consciente de que llueve, tiene una creencia con el contenido conjuntivo: que (llueve y él mismo cree que llueve). Su creencia consciente de que llueve no es, por tanto, una creencia de primer orden con el contenido no autoadscriptivo de que llueve que es acompañada por la creencia de segundo orden con el contenido autoadscriptivo de que él mismo cree que llueve.5 Es significativo que tanto el expresivismo como la tesis de Brentano puedan ser negados desde una misma teoría descriptivista unificada: la teoría según la cual la emisión de "Creo que llueve" de un hablante es una descripción, y en modo alguno una expresión, de la creencia (de primer orden) de que llueve, a la vez que también es una expresión de la creencia (de segundo orden) de que él mismo cree que llueve (cf. Rosenthal 1993 214-215). No es extraño, entonces, que una defensa del expresivismo deba estar ligada a una teoría o concepción alternativa de la creencia consciente.

Como acabo de señalar, un descriptivista puede decir que una emisión de "Creo que llueve" es tanto una descripción de la creencia de que llueve como una expresión de alguna otra creencia. Sostendrá la tesis de que si una emisión de "Creo que llueve" tiene un contenido autoadscriptivo, entonces la emisión expresa una creencia con ese contenido. Ya que, en ese caso, la emisión tiene un contenido autoadscriptivo que debe ser el contenido de una creencia del hablante y es razonable suponer que, al tener el mismo contenido que la emisión, esa creencia es expresada en la emisión. Pero un neoexpresivista no está obligado a negar eso. Por ejemplo, puede comprometerse con la idea de que si una emisión de "Creo que llueve" tiene un contenido autoadscriptivo, expresa una creencia de segundo orden con ese contenido, y sostener a la vez que la emisión también tiene un contenido no autoadscriptivo y, por tanto, expresa la creencia (de primer orden) de que llueve (cf. Heal 1994 20-23). De esta manera, continuaría defendiendo la idea expresivista de que una emisión de "Creo que llueve" es más una expresión que una descripción de la creencia de que llueve. En la sección II mostraré mi acuerdo con la tesis de que una emisión con un contenido autoadscriptivo expresa una creencia con ese contenido, que depende de un principio general de expresividad verbal. En cierta medida, esto constituye una concesión al descriptivismo, pues el descriptivista sostiene, además, que una emisión de "Creo que llueve" tiene un contenido netamente autoadscriptivo, en el sentido de que no tiene ningún otro contenido (no autoadscriptivo), y entonces resulta que suscribir la tesis en cuestión conduce a la siguiente conclusión descriptivista: una emisión de "Creo que llueve" solo expresa una creencia de segundo orden y, por tanto, la emisión es una descripción, y no una expresión, de la creencia de que llueve (cf. Rosenthal 1995 316-320; 2010 26-29). Así que a cualquier neoexpresivista que haya llegado hasta aquí, cediendo tanto terreno al descriptivista, no le queda más remedio que negar que una emisión de "Creo que llueve" tiene un contenido netamente autoadscriptivo.

Como argumentaré en la sección III, mi propia versión del expresivismo consiste en mantener, como Heal, que una emisión de "Creo que llueve" tiene el doble contenido: que llueve y que uno mismo cree que llueve. Pero sostendré que es mejor considerarlo como un contenido conjuntivo: que (llueve y uno mismo cree que llueve). En ese caso, la emisión tiene un contenido no netamente autoadscriptivo que debe ser el contenido de una creencia del hablante y es razonable suponer que, al tener el mismo contenido que la emisión, esa es la creencia expresada en la emisión. Esa creencia es precisamente la creencia consciente de que llueve, en el sentido de Brentano.

II

Argumentaré a favor de la siguiente tesis: si el contenido de una emisión de la forma "Creo que p" es netamente autoadscriptivo, entonces el acto lingüístico resultante es una descripción genuina. Esto significa que el expresivista está en la obligación de recurrir a una diferencia de contenido para discriminar las emisiones de la forma "Creo que p" que son realmente expresiones de las que son descripciones.

Quiero introducir previamente una distinción entre el sentido causal y el sentido intencional de expresar una condición mental como una creencia (cf. Bar-On 216-217, 248-250). Si una determinada emisión expresa causalmente la creencia de que llueve es porque esa creencia juega un rol causal en la producción de la emisión. En este sentido, podría decirse que la emisión de "Creo que llueve" es producida causalmente por la creencia de que llueve. Por otra parte, digamos que una determinada emisión expresa intencionalmente la creencia de que llueve solo si el hablante tiene la intención-en-laacción de expresar esa creencia.6 La noción de intención-en-la-acción fue introducida por J. Searle para distinguir entre la intención como un componente, además del movimiento físico, de la acción misma y la intención previa de realizar esa acción (cf. 79-100). El carácter generalmente irreflexivo y no deliberado de la expresión intencional de una creencia excluye que distingamos entre la expresión intencional de la creencia y la intención de expresarla. Esa intención no es entonces una intención previa, sino un componente, además de la producción física de la emisión, de la expresión intencional de la creencia. Pues bien, la cuestión disputada entre expresivistas y descriptivistas respecto de si una emisión de "Creo que llueve" expresa o no la creencia de que llueve es, en otras palabras, la cuestión de si la emisión expresa o no expresa intencionalmente esa creencia. La tesis expresivista es, entonces, la tesis de que, al menos en las ocasiones paradigmáticas, es constitutivo de realizar intencionalmente una emisión de "Creo que llueve" que el hablante tenga la intención-en-la-acción de expresar la creencia de que llueve.

Pero es claro que la expresión intencional de una creencia de primer orden requiere que el hablante esté en posesión de ella como una creencia con la que está directamente familiarizado, no como si fuera la creencia de cualquier otra persona o, equivalentemente, la creencia de una parte de sí mismo con la que no está familiarizado. Este último caso puede ser ilustrado con el ejemplo de la emisión de "Creo que el placer es malo" como la conclusión verdadera alcanzada por un paciente después de haber sido psicoanalizado. En este caso, la emisión está basada en el diagnóstico del psicoanalista, que es una forma de adquisición de conocimiento mediante el testimonio. Pero el paciente no adquiere mediante el testimonio la creencia de primer orden de que el placer es malo. Precisamente la tarea del psicoanalista fue mostrarle que él, sin saberlo, ya tenía esa creencia. La creencia adquirida por el hablante mediante el testimonio es una creencia de segundo orden, que constituye una forma de conocimiento de la creencia de primer orden, con el contenido: que él mismo cree que el placer es malo. Este es también, obviamente, el contenido autoadscriptivo de la emisión. Ahora bien, hay que pensar que, como la creencia de segundo orden fue adquirida mediante el testimonio, el hablante está en posesión de la creencia de primer orden de que el placer es malo de un modo que, me parece, es incompatible con la expresión intencional de esa creencia de primer orden. La creencia de primer orden solo está disponible como resultado de una indagación que termina con el testimonio del psicoanalista. Parece entonces que, en la situación considerada, el hablante realiza intencionalmente la emisión de "Creo que el placer es malo" con la intención-en-la-acción de informar sobre su creencia de primer orden, objetivamente descrita como resultado de la indagación psicoanalítica y, por tanto, como si fuera la creencia de cualquier otro. La conclusión es que este es un caso evidente en el que la emisión de "Creo que el placer es malo" es una descripción, y no una expresión, de la creencia del hablante de que el placer es malo.

Así que la expresión intencional de la creencia requiere que la creencia esté disponible en la forma directa e inmediata que es propia de un conocimiento de primera persona. Propongo que esto consiste en que la creencia de primer orden esté disponible para ser subjetivamente experimentada, como una condición mental de la que se sabe cómo es fenoménicamente encontrarse en ella. Una concepción fenoménica de la naturaleza consciente de la creencia y, en general, del pensamiento (y de la comprensión lingüística) no es frecuente en la literatura, pero ha sido defendida convincentemente, a mi parecer, por G. Strawson a través de su concepto de "fenomenología cognitiva". Desde luego, él distingue entre la modalidad experiencial propia de las sensaciones o qualia y la modalidad experiencial propia del pensamiento, que no es sensorial. Ahora bien, la tesis de Strawson es que la experiencia subjetiva no sensorial es solo del contenido de la creencia o del pensamiento. En el caso de, por ejemplo, la creencia de que llueve, ese contenido experimentado subjetivamente es: que llueve. (cf. Strawson 2011 37-45; 1994 23-31). Mi tesis es, sin embargo, que la condición mental misma, tener la creencia o el pensamiento, se experimenta subjetivamente. De otro modo, no habría una distinción entre la experiencia subjetiva no sensorial de la creencia de que llueve y la experiencia subjetiva no sensorial del mero pensamiento sin asentimiento (o, digamos, de la suposición) de que llueve. Como consecuencia de ello, es muy plausible que experimentar subjetiva o fenoménicamente una creencia requiera la posesión del concepto de creencia.

Pero, entonces, la historia contada por el expresivista no incluye que, además, el hablante tenga una creencia de segundo orden. Pues, si el hablante tiene una experiencia subjetiva de la creencia de primer orden, él, estando en posesión del concepto de creencia, tendrá la capacidad de hablar directamente desde ella, por así decirlo. Así como alguien que siente dolor en el brazo y está en posesión del concepto de dolor, será capaz de hablar directamente desde la sensación de dolor (cf. Bar-On 262, 322). Aunque Bar-On no elucida el significado preciso de esta imagen, puede entenderse aquí del siguiente modo. Que alguien hable directamente desde la creencia de primer orden significa que, al tener la intención-en-la-acción de expresar esa creencia, la creencia de primer orden está ocurriendo en la mente consciente del hablante, según propongo, experimentándola subjetivamente, a la vez que está ocurriendo la expresión intencional de la creencia, de la que la intención-en-la-acción forma parte. Es así, primero, porque no parece tener sentido la idea de que alguien pueda expresar, y menos aún pueda tener la intención-en-la-acción de expresar, una condición mental que es meramente disposicional, que no está actualmente ocurriendo. Además, es posible que la intención-en-la-acción de expresar la creencia esté ocurriendo y no sea consciente, pero si el hablante tiene la intención-en-la-acción de expresar la creencia, que entonces está disponible directamente para la formación de esa intención, la creencia misma es sin duda consciente. Este es el sentido en el que la expresión intencional de la creencia es una manifestación de ella.

Bar-On sostiene que una expresión intencional puede ser, como ya ocurre con las expresiones naturales, una manifestación de una condición mental en el sentido de que la condición mental sea, como una cualidad secundaria, perceptible en la expresión. Una afirmación menos comprometida de la autora es decir que un comportamiento expresivo es una manifestación en el sentido de que es suficiente para mostrar la condición mental expresada. Así que, por ejemplo, en un caso de disponibilidad directa e inmediata, una emisión de "Creo que llueve" es una manifestación de la creencia de que llueve en el sentido de que, como la creencia está ocurriendo en la mente consciente del hablante a la vez que la emisión, la emisión es suficiente para mostrarla (cf. Bar-On 270-275). De manera que, para expresar intencionalmente la creencia de que llueve, el hablante necesita estar en posesión del concepto de creencia, que figura en el contenido autoadscriptivo de la emisión de "Creo que llueve", y disponer de la creencia de que llueve de la forma directa e inmediata que le es idiosincrásica, experimentarla subjetivamente, a la vez que realiza intencionalmente la emisión.7 Por tanto, el hablante realiza intencionalmente la emisión sin la mediación de una creencia de segundo orden con el contenido autoadscriptivo: que él mismo cree que llueve. Pues, al tener una experiencia subjetiva de la creencia de primer orden a la vez que realiza intencionalmente la emisión, no es razonable suponer que haya además una creencia de segundo orden que esté ocurriendo a la vez que realiza intencionalmente la emisión. Así que no hay una creencia de segundo orden que sea consciente y, por eso, no hay tampoco una intención-en-la-acción de expresar esa creencia de segundo orden.

Sin embargo, forma parte de la estrategia descriptivista defender que si una emisión de "Creo que llueve" tiene un contenido autoadscriptivo, entonces la emisión expresa intencionalmente una creencia con ese contenido. En ese caso, el hablante tendrá la intención-en-laacción de expresar una creencia con el contenido autoadscriptivo. En efecto, el hablante debe tener una creencia con el contenido autoadscriptivo de la emisión y es razonable suponer que esa creencia, al tener el mismo contenido que la emisión, se exprese intencionalmente en la emisión. Por ello se dice también que una creencia intencionalmente expresada en la emisión se expresa verbalmente en la emisión. Esta suposición puede formularse como un cierto principio general de expresividad verbal:

(E) La(s) creencia(s) intencionalmente expresada(s) en una emisión tiene(n) el mismo contenido proposicional que la emisión.

Según el principio (E) es natural que, por un lado, una emisión de "Llueve", que tiene el contenido no autoadscriptivo de que llueve, exprese intencionalmente la creencia de que llueve y que, por otro lado, una emisión de "Creo que llueve", que tiene el contenido autoadscriptivo de que uno mismo cree que llueve, exprese una creencia con ese contenido. Pero un neoexpresivista no tiene que negar el principio (E).8J. Heal, por ejemplo, sostiene que primero aprendemos a usar "Creo que llueve" como un reemplazo de "Llueve" y que, por eso, una emisión de "Creo que llueve" tiene un contenido parcialmente no autoadscriptivo. El hablante, al poseer ya el concepto de creencia, aprende a realizar emisiones de ese tipo adquiriendo un nuevo modo, expresivamente equivalente a "Llueve", de expresar la creencia de que llueve (cf. Heal 1994 20-21; Finkelstein 276 n. 11). Pero Heal también sostiene que la emisión posee un contenido autoadscriptivo porque, desde el punto de vista de un intérprete, el hablante está afirmando que él mismo cree que llueve. Heal piensa que, por ello, está comprometida con la tesis de que la emisión del hablante expresa la creencia de segundo orden de que él mismo cree que llueve. Trata, entonces, de salvar el expresivismo del siguiente modo. La creencia de segundo orden es performativa, en el sentido de que el mero hecho de tener esa creencia constituye o determina el hecho de tener la creencia de primer orden, que entonces también está disponible para ser expresada en una emisión que ya tiene un contenido parcialmente no autoadscriptivo. El resultado es que una emisión de "Creo que llueve" expresa tanto la creencia de segundo orden como la creencia (de primer orden) de que llueve (cf. Heal 1994 22-23).9 De manera que su versión del expresivismo es compatible con el principio (E): una emisión de "Creo que llueve" expresa intencionalmente tanto la creencia (de primer orden) de que llueve como la creencia (de segundo orden) de que uno mismo cree que llueve, cuyos contenidos son, respectivamente, el contenido no autoadscriptivo y el contenido autoadscriptivo de la emisión.

Ahora bien, el descriptivista sostiene, característicamente, que una emisión de "Creo que llueve" tiene un contenido netamente autoadscriptivo, en el sentido de que no tiene ningún otro contenido (no autoadscriptivo). En ese caso, el principio (E) entraña que la emisión solo expresa intencionalmente una creencia de segundo orden. Pues un contenido netamente autoadscriptivo es, por definición, el contenido de una creencia de segundo orden,10 y no hay ningún otro contenido (no autoadscriptivo) tal que la emisión pueda expresar intencionalmente la creencia de primer orden. Concluyo que si una emisión de "Creo que llueve" tiene un contenido netamente autoadscriptivo, resulta que el principio (E) entraña que esa emisión es una descripción, y no una expresión intencional, de la creencia de que llueve (cf. Rosenthal 1995 316-320; 1993 214-215; 2010 26-29).11

Desde luego, si el análisis llevado a cabo anteriormente es correcto, la emisión expresa intencionalmente la creencia de segundo orden solo si el hablante es capaz de hablar directamente desde ella. Es decir, la creencia de segundo orden tiene que estar ocurriendo en la mente consciente del hablante a la vez que está ocurriendo la expresión intencional de la creencia. Pero el contenido netamente autoadscriptivo de la emisión es parte de la explicación de que la emisión exprese intencionalmente una creencia de segundo orden con ese contenido. De hecho, el descriptivista no tiene que negar que la creencia de primer orden esté también ocurriendo en la mente consciente del hablante. Más bien, el descriptivista puede sostener que el hecho de tener la creencia de segundo orden es lo que hace que la creencia de primer orden sea consciente, renunciando seguramente a la idea de que una creencia consciente es aquella que se experimenta subjetivamente. Con todo, el contenido netamente autoadscriptivo de la emisión entraña que la creencia de segundo orden sea consciente de la forma que él propone que una creencia es consciente y que, por tanto, esté hablando desde esa creencia y no desde la creencia de primer orden. Esto constituye una negación del expresivismo.

En la siguiente sección me propongo defender una versión del expresivismo que acepta el requerimiento del principio (E). Pero es relevante darse cuenta ahora de que del principio (E) no se sigue que si una emisión de "Creo que llueve" tiene un contenido autoadscriptivo, entonces la emisión expresa intencionalmente una creencia de segundo orden con ese contenido. Es posible que tanto el descriptivista como Heal no estén distinguiendo entre el principio (E) y esta última conclusión. Sin embargo, del principio (E) solo se sigue que si una emisión de "Creo que llueve" tiene un contenido autoadscriptivo, entonces la emisión expresa intencionalmente una creencia, sea o no sea de segundo orden, con ese contenido. Ciertamente, un contenido netamente autoadscriptivo no puede ser más que el contenido de una creencia de segundo orden, que según el principio (E) se expresaría intencionalmente en la emisión, pues, como señalé hace un momento, un contenido netamente autoadscriptivo es, por definición, el contenido de una creencia de segundo orden. Supongamos, en cambio, que una emisión de "Creo que llueve" tiene el contenido no netamente autoadscriptivo: que (llueve y uno mismo cree que llueve). Entonces, como mostraré a continuación, puede argumentarse que la emisión expresa intencionalmente una creencia con ese contenido conjuntivo, que es parcialmente autoadscriptivo, sin que exprese intencionalmente una creencia de segundo orden. No es necesario que, como propone Heal, la emisión exprese tanto una creencia (de primer orden) con el contenido no autoadscriptivo de que llueve como una creencia (de segundo orden) con el contenido autoadscriptivo de que uno mismo cree que llueve.

III

En la sección anterior establecí principalmente dos conclusiones, que son dos requerimientos para la expresión intencional de una creencia. Por un lado, argumenté que una creencia puede ser intencionalmente expresada en una emisión de "Creo que p" solo si está disponible de esa forma directa e inmediata que es propia de un conocimiento de primera persona, según mi propuesta, en términos de experiencia subjetiva. Pero decir que una creencia está disponible de esa forma directa e inmediata es decir que la creencia es consciente.12 Por otro lado, sostuve que una creencia se puede expresar intencionalmente en una emisión de "Creo que p" solo si la creencia expresada tiene el mismo contenido que la emisión. Este es el requerimiento del principio (E) sobre el rol expresivo del contenido de una emisión. Como indiqué, el descriptivista está en condiciones de satisfacer este requerimiento, diciendo que una emisión de, por ejemplo, "Creo que llueve" tiene un contenido netamente autoadscriptivo y que, por tanto, expresa intencionalmente la creencia del hablante de que él mismo cree que llueve. El hablante tiene la intención-en-laacción de expresar esa creencia de segundo orden. Pero esto significa, según el primer requerimiento, que la creencia de segundo orden es consciente. Ahora bien, el descriptivismo suele estar ligado, hasta el punto de constituir una concepción o teoría descriptivista unificada, a una cierta teoría de la creencia consciente: una creencia consciente es aquella que es acompañada por una creencia de orden más alto al punto de que uno mismo tiene esa creencia (cf. Rosenthal 1997 739744).13 Esta teoría se presenta como una explicación completa de lo que hace que una creencia sea consciente y, por eso, suele incluir la negación de que haya o tenga que haber una experiencia subjetiva de la creencia. Podemos representar la parte de la teoría que nos interesa mediante el siguiente esquema (cf. Williams 400):

(T1) Si X cree conscientemente que p, entonces X cree que p y X cree que él mismo cree que p.

Está claro que la diferencia entre X y alguien que tiene la creencia de que p pero que no es consciente de ello, no es una diferencia en el contenido de la creencia que ambos tienen, cuyo contenido p es el mismo. La diferencia está en que X, y no la otra persona, tiene una creencia de orden más alto al punto de que él mismo cree que p. El descriptivista puede explicar así que, aunque la creencia de que llueve no se exprese intencionalmente en una emisión de "Creo que llueve", la creencia es consciente cada vez que un hablante con esa creencia realiza la emisión, pues la emisión de "Creo que llueve" expresa intencionalmente la creencia de segundo orden que hace consciente la creencia de primer orden de que llueve. Estrictamente no es así, pues (T1) es un condicional y, por tanto, la satisfacción de la conjunción presente en el consecuente no garantiza la satisfacción del antecedente. De hecho, eso es lo que ocurre claramente en el caso de un hablante X que realiza la emisión de "Creo que el placer es malo", con base en el testimonio del psicoanalista. Aunque X cree que el placer es malo y X cree que él mismo cree que el placer es malo, y, por ello, en un cierto sentido tiene acceso a su creencia de primer orden, resulta que X no cree conscientemente que el placer es malo (cf. Finkelstein 261-271). Es necesario, por tanto, restringir la explicación a los casos normales de formación de la creencia de segundo orden, añadiendo una cláusula en el lado derecho del esquema (T1) que establezca que la creencia de segundo orden no está basada en la inferencia, en la observación o en el testimonio (cf. Rosenthal 1997 737-739). En cualquier caso, supongamos que en el esquema general (T1) sustituimos la variable "p" por la traducción al discurso indirecto14 de una emisión de "Creo que llueve":

(T1*) Si X cree conscientemente que él mismo cree que llueve, entonces X cree que él mismo cree que llueve y X cree que él mismo cree que él mismo cree que llueve.

De manera que si la creencia de X de que él mismo cree que llueve es consciente, resulta que X está en posesión de una creencia de tercer orden al punto de que él mismo tiene esa creencia de segundo orden. El problema para el descriptivista es el siguiente: una emisión de "Creo que llueve" expresa intencionalmente una creencia de segundo orden y la expresión intencional requiere que esa creencia sea consciente, en cuyo caso, según la teoría de la creencia consciente que acabamos de examinar, el hablante también está en posesión de una creencia de tercer orden al punto de que él mismo cree que él mismo cree que llueve.15 Pero este resultado no es psicológicamente plausible.

Un expresivista no tiene, sin embargo, que enfrentar un problema de plausibilidad psicológica. En efecto, la tesis expresivista es que una emisión de "Creo que llueve" expresa intencionalmente la creencia de que llueve, de modo que la satisfacción del requerimiento de que la creencia expresada intencionalmente sea consciente entraña solo que la creencia de que llueve es consciente. Es posible, entonces, aplicar la teoría de la creencia consciente, introducida anteriormente, sin grandes costos psicológicos: la emisión de "Creo que llueve" expresa intencionalmente una creencia de primer orden y, como la expresión intencional requiere que esa creencia sea consciente, la teoría explica la satisfacción de ese requerimiento en términos de la posesión de una creencia de segundo orden al punto de que uno mismo cree que llueve. Sin embargo, argumenté en la sección anterior que si la emisión de "Creo que llueve" es una expresión intencional, y no una descripción, de la creencia de que llueve, parece que el hablante realiza intencionalmente la emisión sin la mediación de una creencia de segundo orden. Precisamente porque la creencia está disponible en la forma directa e inmediata que es propia del conocimiento de primera persona, es decir, precisamente porque la creencia es consciente en términos de experiencia subjetiva, él es capaz de hablar directamente desde su creencia de que llueve. Esto significa que los costos psicológicos del expresivismo son aun menores. Pero significa también, más relevantemente, que el expresivismo no está en sintonía con una teoría según la cual la creencia consciente de que llueve, que es la creencia expresada intencionalmente en una emisión de "Creo que llueve", entrañaría, como muestra el esquema (T1), la posesión de una creencia de segundo orden al punto de que uno mismo tiene la creencia de que llueve. El expresivista necesita, por tanto, otra concepción de la creencia consciente que sea tan psicológicamente austera como el expresivismo. No conviene olvidar tampoco que la tesis expresivista enfrenta un problema específico: el neoexpresivismo según el cual una emisión de "Creo que llueve" tiene un contenido netamente autoadscriptivo no satisface el requerimiento del principio (E) de que la creencia expresada intencionalmente en una emisión de "Creo que llueve" tenga el mismo contenido que la emisión, pues si la emisión tiene un contenido netamente autoadscriptivo, ese requerimiento excluye que la emisión exprese intencionalmente la creencia de que llueve, cuyo contenido no es autoadscriptivo.

Se trata, entonces, de formular el expresivismo de tal modo que el principio (E) de que la creencia intencionalmente expresada en una emisión de "Creo que llueve" tenga el mismo contenido que la emisión sea compatible con la tesis expresivista de que esa emisión expresa intencionalmente la creencia consciente de que llueve. Así que la emisión de "Creo que llueve" no puede tener un contenido netamente autoadscriptivo, como vimos. Mas, por otro lado, la emisión de "Creo que llueve" no puede dejar de tener un contenido autoadscriptivo, como muestra el hecho de que el concepto de creencia figura en el contenido de la emisión. Es decir, no parece aceptable que esa emisión solo tenga el contenido no autoadscriptivo: que llueve.16 Es posible sostener, en cambio, que la emisión tiene el doble contenido: que llueve y que uno mismo cree que llueve. Como la tesis expresivista es ahora que esa emisión expresa intencionalmente la creencia consciente de que llueve, un expresivista puede concluir, como Heal, que la emisión expresa intencionalmente tanto la creencia (de primer orden) de que llueve como la creencia (de segundo orden) de que uno mismo cree que llueve. Como el hablante tiene esa creencia de segundo orden, expresar intencionalmente la creencia de que llueve es, desde luego, expresar intencionalmente la creencia consciente de que llueve. Pero esta solución neoexpresivista presenta dos problemas de plausibilidad psicológica relacionados con los dos requerimientos que he formulado al comienzo de esta sección. En primer lugar, introduce la necesidad de atribuir al menos dos creencias al hablante y, sobre todo, por aplicación del principio de expresividad (E) establece contra-intuitivamente que ambas creencias se expresan intencionalmente en la emisión. Además, como la expresión intencional de una creencia requiere que la creencia sea consciente, eso entraña que la creencia de segundo orden, que se expresa intencionalmente en la emisión, sea consciente y que, por tanto, haya que atribuir al hablante una creencia adicional de tercer orden, como ya vimos.

Sin embargo, un expresivista que haya llegado hasta aquí no está obligado a adoptar esa solución. Supongamos que, en efecto, una emisión de "Creo que llueve" tiene el doble contenido que especifiqué anteriormente, visto ahora como un contenido no netamente autoadscriptivo: que (llueve y uno mismo cree que llueve). Es evidente que, entonces, la emisión tiene un contenido conjuntivo que permite satisfacer el requerimiento del principio (E) así: la emisión expresa intencionalmente una creencia con ese contenido conjuntivo. El hablante tiene la intención-en-la-acción de expresar una creencia con ese contenido. El expresivista recurrirá, entonces, a una teoría de la creencia consciente, según la cual la creencia consciente de que llueve tiene un doble contenido o, de forma equivalente, el contenido conjuntivo: que (llueve y uno mismo cree que llueve). Aunque la creencia consciente de que llueve tenga un contenido parcialmente autoadscriptivo, no dejará de tener el contenido no autoadscriptivo que es propio de una creencia de que llueve (sea o no sea consciente).

Pero esta es precisamente la teoría de Brentano, que dice que una creencia consciente es aquella que se representa a sí misma, en el sentido de que una parte del contenido de la creencia es sobre la propia creencia. La otra parte del contenido no es, en cambio, una representación de la creencia. El esquema general de la teoría es (cf. Williams 403):

(T2) X cree conscientemente que p si, y solo si, X cree que (p y él mismo cree que p).

Puede advertirse que la diferencia entre X y alguien que tiene la creencia de que p, pero no es consciente de ello, no está en que X tenga una creencia de segundo orden al punto de que él mismo cree que p. X no tiene una creencia de orden más alto que la creencia que tiene la otra persona. Hay un sentido en el que, ciertamente, puede sugerirse que X, a diferencia de la otra persona, tiene una creencia de orden más alto: su creencia tiene un contenido autoadscriptivo. Pero no puede decirse propiamente eso, pues sería necesario que X también tuviera una creencia de orden inferior. Lo cierto es que X no tiene una creencia de segundo orden porque no hay una creencia de primer orden que tenga una existencia independiente previa.17 La diferencia entre una creencia consciente y una creencia inconsciente de que p es una diferencia de contenido: la creencia consciente tiene el contenido adicional de que uno mismo tiene esa creencia. Como la diferencia no radica en la dualidad de creencias, sino en la dualidad de contenidos, resulta que la naturaleza consciente de, por ejemplo, la creencia de que llueve no consiste en estar en posesión tanto de la creencia de que llueve como de otra creencia independiente cuyo contenido sea una representación de la creencia de que llueve. La naturaleza consciente de la creencia de que llueve consiste en estar en posesión de una creencia cuyo contenido es tanto una representación de que llueve como una representación de esa misma creencia, que, debido a la primera parte del contenido, es precisamente la creencia de que llueve. Es posible, por ello, considerar que la creencia consciente de que llueve tiene un contenido conjuntivo con cláusulas de distintos órdenes o, simplemente, contenidos de órdenes distintos, un contenido de primer orden y un contenido de segundo orden: que llueve y que uno mismo cree que llueve. Pero esta distinción entre contenidos no añade nada a la distinción entre un contenido autoadscriptivo y un contenido no autoadscriptivo. En cualquier caso, no debe olvidarse que este doble contenido es realmente un contenido conjuntivo.

Sin embargo, el esquema (T2) es, obviamente, una definición y entonces parece que el carácter subjetivo de la experiencia no formaría parte de una explicación de la naturaleza consciente de la creencia. A no ser que ya forme parte de una explicación de lo que hace que X tenga la creencia de doble contenido descrita en el lado derecho del esquema. En efecto, una forma de entender que alguien pueda tener una creencia de doble contenido como esa, que es parcialmente una representación de sí misma, es postular que la creencia esté siendo subjetivamente experimentada: X cree que llueve y que él mismo tiene esa creencia, de la que el contenido autoadscriptivo forma parte, porque sabe cómo es fenoménicamente tener esa creencia.

Puede ahora formularse una nueva versión, sin duda revisionista, del expresivismo sobre la creencia. La tesis expresivista básica es que una emisión de "Creo que llueve" es una expresión, y no una descripción, de la creencia de que llueve. Pero señalé que la función de esa emisión es, más específicamente, expresar intencionalmente la creencia de que llueve. El hablante tendrá la intención-en-la-acción de expresar la creencia de que llueve. Hemos visto que la expresión intencional requiere que la creencia sea consciente, según propongo, en términos de experiencia subjetiva. La tesis expresivista es ahora que una emisión de "Creo que llueve" expresa intencionalmente la creencia consciente de que llueve, manifestándola o mostrándola. Pero, entonces, según el principio (E) de que la emisión tenga el mismo contenido que la creencia intencionalmente expresada, la emisión tendrá el mismo contenido que la creencia consciente de que llueve. El expresivista puede sostener que una emisión de "Creo que llueve" tiene habitualmente el contenido conjuntivo: que (llueve y uno mismo cree que llueve), a la vez que sostiene que la creencia consciente de que llueve tiene ese mismo contenido, como dice la teoría de Brentano, pues así se satisface el requerimiento de que una emisión de "Creo que llueve" y la creencia intencionalmente expresada tengan el mismo contenido sin abandonar la tesis expresivista de que esa emisión expresa intencionalmente la creencia de que llueve que, en la modalidad consciente, tiene el hablante, y no una creencia de orden más alto al punto de que él mismo cree que llueve. En otras palabras, el expresivista puede satisfacer el requerimiento de que la creencia del hablante intencionalmente expresada en la emisión tenga el mismo contenido que la emisión sin abandonar la tesis de que él está hablando directamente desde la creencia (consciente) de que llueve, y no desde la creencia de segundo orden de que él mismo cree que llueve.

Termino considerando una objeción dirigida a la razonabilidad de sostener que tanto una emisión de "Creo que llueve" como la creencia intencionalmente expresada en la emisión tienen un contenido no netamente autoadscriptivo. En ese caso, como la emisión tiene un contenido conjuntivo: que (llueve y uno mismo cree que llueve), resulta que si no llueve, es decir, si el primer miembro de la conjunción es falso, tanto la emisión como la creencia son falsas. Pero eso parece contra-intuitivo. Voy a hacer dos comentarios. En primer lugar, no hay realmente nada de contra-intuitivo respecto de la creencia intencionalmente expresada: dado que, según la teoría de Brentano, esa creencia es precisamente la creencia consciente de que llueve, lo extraño sería que la creencia no fuese falsa si no llueve, pues, como es obvio, la creencia consciente de que llueve tiene al menos el contenido no autoadscriptivo que es propio de una creencia de que llueve (sea o no sea consciente). Sin embargo, parece que el problema persiste respecto de la emisión. Ciertamente parece haber un sentido en el que una emisión de "Creo que llueve" no puede ser falsa porque no llueva. Pero si la emisión tiene un contenido parcialmente autoadscriptivo, entonces el contenido autoadscriptivo de la emisión no puede ser falso porque no llueva. Es correcto insistir en que no es lo mismo decir que, aunque no llueva, una emisión de "Creo que llueve" no puede ser falsa y decir que, aunque no llueva, el contenido autoadscriptivo de la emisión no puede ser falso, ya que esta última imposibilidad es compatible con que la emisión, teniendo un contenido conjuntivo, sea de hecho falsa.

Pero tampoco es difícil imaginarse el siguiente diálogo: un hablante A dice que una emisión de "Creo que llueve" no puede ser falsa porque no llueva; entonces un hablante B le pregunta por qué. Es posible que A le responda diciendo simplemente que una emisión de "Creo que llueve" tiene un contenido autoadscriptivo que es verdadero aunque no llueva. Existe una lectura que no entraña que A esté comprometido con la idea de que esa emisión tiene un contenido netamente autoadscriptivo. Puedo aceptar que esa no es la lectura apropiada. Pero el diálogo muestra que si la emisión tiene tanto un contenido autoadscriptivo como un contenido no autoadscriptivo, se conserva aún la razón nuclear de alguien para decir que una emisión de "Creo que llueve" no puede ser falsa porque no llueva: que el contenido autoadscriptivo que tiene la emisión sigue siendo verdadero.18


* Agradezco al profesor Ángel García, de la Universidad de Murcia (España), los comentarios y observaciones que sin duda contribuyeron a mejorar la calidad de este artículo.

1 De aquí en adelante estaré dando por supuesto que se trata de una emisión sincera verdadera. Puede decirse que una emisión no sincera, como también una emisión sincera pero falsa, expresa el tipo de condición mental (en este caso, ser una creencia de que llueve) debido a su contenido autoadscriptivo. Pero solo una emisión sincera verdadera expresa la condición mental efectiva del hablante (cf. Bar-On 314-319).

2 También Wittgenstein opone claramente la función de expresar a la función de informar: "Cuando alguien dice 'Tengo la esperanza de que venga' -¿es esto un informe sobre su estado mental o una expresión de su esperanza?- Por ejemplo, me lo puedo decir a mí mismo. Y ciertamente a mí mismo no me doy ningún informe" (Wittgenstein 1988 I §585). Es posible que mi caracterización de lo que es dar un informe de una condición mental propia sea juzgada como excesiva, y que un descriptivista alegue que no es la suya. Pero los neoexpresivistas tienen en mente precisamente este tipo de caracterización, o algo muy próximo a ella. Por ejemplo, entienden que dar un informe de una condición mental propia es presentar el resultado de una indagación, informando de lo que uno ha averiguado u observado (cf. Finkelstein 222-223). Sin embargo, esta es una caracterización demasiado restrictiva, según un modelo perceptual. He tratado de introducir una concepción más amplia para la que dar un informe de, por ejemplo, una creencia también puede ser el resultado de un testimonio o de una inferencia, como veremos.

3 A lo largo del artículo, voy a usar indistintamente los pronombres reflexivos "él mismo" (he himself) y "uno mismo" (oneself).

4 Téngase en cuenta que ni siquiera un expresivista wittgensteiniano clásico niega que una emisión de "Creo que llueve" es una aserción con un contenido veritativo-condicional. Para él se trata de una aserción con el contenido no autoadscriptivo: que llueve. Además, expresión y descripción son aserciones porque ambas expresan una creencia: en efecto, una descripción también expresa una creencia, como veremos a continuación, pero no la creencia autoadscrita mediante la aserción.

5 Una creencia de primer orden es, entonces, una creencia cuyo contenido no refiere a una creencia. Pero una creencia de primer orden puede tener un contenido autoadscriptivo: un contenido que refiere a alguna otra condición mental. Por ejemplo, la creencia de que me duele la cabeza es una creencia de primer orden. Sin embargo, en el presente contexto me estaré refiriendo al contenido autoadscriptivo de una emisión o de una creencia solo como aquel contenido que refiere a una creencia y no a cualquier otra condición mental.

6 Pero Bar-On no emplea estos términos: según ella, una emisión expresa intencionalmente una creencia solo si esa creencia es tanto una causa como una razón para realizar la emisión (cf. Bar-On 249-250).

7 Esto no significa que la disponibilidad directa e inmediata de una creencia sea una condición suficiente de la expresión intencional. Como sostengo y examino más adelante, el contenido de una emisión de "Creo que llueve" es una condición necesaria de la expresión intencional de una creencia con ese mismo contenido. Digamos, entonces, que la disponibilidad directa e inmediata de una creencia también es una condición necesaria, pero no suficiente, de la expresión intencional.

8 Aunque un neoexpresivista sobre la creencia también podría argumentar que a veces la emisión de una oración con un verbo psicológico de actitud proposicional no expresa un estado intencional con el mismo contenido que la emisión. Expresa, por el contrario, un estado intencional con el mismo contenido que la cláusula-que del verbo psicológico. Por ejemplo, una emisión de la forma "Prometo que p" no expresa la intención de prometer (o hacer la promesa de) que p sino que expresa la intención de hacer que p (cf. Jacobsen 1996 27-28). Entonces, ¿por qué no decir que una aserción de la forma "Creo que p" expresa la creencia de que p, renunciando al principio (E)? En el caso de la promesa rige la norma de que la emisión exprese una intención con el mismo contenido que la promesa, no con el mismo contenido que la emisión. En cambio, parece que la norma de la aserción es que exprese una creencia con el mismo contenido que la aserción. Como, por ejemplo, una aserción sincera de "Llueve" expresa la creencia de que llueve. De manera que si una aserción de la forma "Creo que p" no expresara una creencia con ese mismo contenido autoadscriptivo, sería una excepción a la norma que rige la práctica asertórica.

9 Posteriormente esta autora desarrolló una concepción en la que explotó una analogía con una emisión performativa del verbo "prometer". La emisión performativa es el establecimiento de la promesa y a la vez tiene un contenido que es verdadero del hablante si, y solo si, este hace algo que muestra una tendencia real a hacer lo que promete y, por tanto, un intérprete tiene derecho a esperar que lo haga. Tales son las condiciones de verdad de la emisión. Pero precisamente mediante el establecimiento de la promesa el hablante ya hace algo que muestra una tendencia real a hacer lo que promete y, por tanto, un intérprete tiene derecho a esperar que lo haga. Así que la emisión es verdadera porque, al ser el establecimiento de la promesa, ya está garantizado que su contenido es verdadero del hablante. Del mismo modo, una creencia de segundo orden es un compromiso con, por ejemplo, la creencia (de primer orden) de que llueve y a la vez tiene un contenido que es verdadero del creyente si, y solo si, este se encuentra en un estado que conduce a ciertas inferencias y acciones con respecto a la lluvia. Tales son las condiciones de verdad de la creencia de segundo orden. Pero precisamente mediante el compromiso con la creencia de que llueve el creyente ya se encuentra en un estado que conduce a ciertas inferencias y acciones con respecto a la lluvia. Así que la creencia de segundo orden es verdadera porque, al ser un compromiso con la creencia de primer orden, ya está garantizado que su contenido es verdadero del creyente (Heal 2002 11-17). 10

10 Por definición, la creencia (de segundo orden) de que uno mismo cree que llueve tiene el contenido netamente autoadscriptivo: que uno mismo cree que llueve.

11 En términos de la función de informar, la concepción descriptivista es que una aserción de "Creo que llueve" es, por una parte, una descripción de la creencia (de primer orden) de que llueve porque informa de esa creencia como resultado de tener el punto de vista de una creencia de segundo orden acerca de ella, y es, por otra parte, una expresión de la creencia (de segundo orden) de que uno mismo cree que llueve porque, al informar de la creencia de primer orden desde el punto de vista de esa creencia de segundo orden, esa creencia está disponible para ser expresada.

12 Shoemaker sostiene que la disponibilidad y la conciencia de una creencia pueden ser consideradas como equivalentes, no en el sentido de conciencia fenoménica, sino en el sentido de "acceso consciente" (o conciencia de acceso) a la creencia (cf. 40).

13 Esto forma parte de una teoría general de la conciencia según la cual un estado mental, por ejemplo, una sensación de dolor, es consciente cuando es acompañado por una creencia al punto de que uno mismo se encuentra en ese estado. Rosenthal suele hablar de pensamiento (thought) y no de creencia.

14 La traducción al discurso indirecto de "Creo que llueve" consiste precisamente en sustituir el pronombre personal "yo" por el reflexivo indirecto "él mismo" (he himself) al interior de la cláusula "X dijo que": X dijo que él mismo cree que llueve.

15 No hay, sin embargo, un problema de regreso al infinito en el sentido de que tenga que haber una creencia de orden más alto respecto de la creencia de tercer orden, pues no se requiere que la emisión de "Creo que llueve" también exprese intencionalmente la creencia de tercer orden, que, por ello, sería consciente.

16 La lectura de Wittgenstein indica esta posibilidad, como al afirmar: "Se podría formular también así: 'Creo que p' significa aproximadamente lo mismo que 'p"' (Wittgenstein 1997 §472). De entrada, decir que ambas emisiones significan "aproximadamente" lo mismo, no excluye que una emisión de "Creo que p" signifique eso y algo más. Sin embargo, parece que Wittgenstein está realmente comprometido con la posibilidad bajo consideración. Pero esa posibilidad no parece aceptable porque, como señalé en la sección I, rompe la continuidad lógico-semántica entre una emisión de "Creo que llueve" por parte de un hablante X y una emisión de "X cree que llueve", que sin duda tiene el contenido heteroadscriptivo: que X cree que llueve.

17 Shoemaker considera que la relación constitutiva (Self-Intimation), no meramente causal, entre una creencia y una creencia de segundo orden respecto de ella consiste en que la creencia de segundo orden contiene como parte suya la creencia de primer orden (cf. 41-42). El planteamiento de Shoemaker me parece confuso: no veo que esté postulando una creencia de segundo orden, además de una creencia de primer orden, sino, más bien, una sola creencia con un contenido parcialmente autoadscriptivo.

18 Ciertamente, esta solución expresivista no retiene la continuidad lógico-semántica entre una aserción de "Creo que llueve" por parte de X y una aserción de "X cree que llueve", que tiene el contenido heteroadscriptivo: que X cree que llueve. Pues, si una aserción de "Creo que llueve" tiene el contenido conjuntivo: que (llueve y uno mismo cree que llueve), entonces ambas aserciones no tienen el mismo valor de verdad en cualquier circunstancia. Esto constituye una pérdida con respecto al neoexpresivismo. Con todo, a diferencia del expresivismo clásico según el cual una aserción de "Creo que llueve" tiene el contenido no autoadscriptivo: que llueve, esta nueva versión del expresivismo conserva alguna conexión entre los valores de verdad de ambas aserciones en cualquier circunstancia: si una aserción de "Creo que llueve" por parte de X es verdadera, entonces una aserción de "X cree que llueve" también es verdadera.


Bibliografía

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Referencias

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Vidal López, J. «Expresión, descripción y creencia consciente». Ideas y Valores, vol. 63, n.º 154, enero de 2014, pp. 85-106, doi:10.15446/ideasyvalores.v63n154.30177.

ACM

[1]
Vidal López, J. 2014. Expresión, descripción y creencia consciente. Ideas y Valores. 63, 154 (ene. 2014), 85–106. DOI:https://doi.org/10.15446/ideasyvalores.v63n154.30177.

ACS

(1)
Vidal López, J. Expresión, descripción y creencia consciente. Ideas Valores 2014, 63, 85-106.

APA

Vidal López, J. (2014). Expresión, descripción y creencia consciente. Ideas y Valores, 63(154), 85–106. https://doi.org/10.15446/ideasyvalores.v63n154.30177

ABNT

VIDAL LÓPEZ, J. Expresión, descripción y creencia consciente. Ideas y Valores, [S. l.], v. 63, n. 154, p. 85–106, 2014. DOI: 10.15446/ideasyvalores.v63n154.30177. Disponível em: https://revistas.unal.edu.co/index.php/idval/article/view/30177. Acesso em: 29 mar. 2024.

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Vidal López, Javier. 2014. «Expresión, descripción y creencia consciente». Ideas Y Valores 63 (154):85-106. https://doi.org/10.15446/ideasyvalores.v63n154.30177.

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Vidal López, J. (2014) «Expresión, descripción y creencia consciente», Ideas y Valores, 63(154), pp. 85–106. doi: 10.15446/ideasyvalores.v63n154.30177.

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[1]
J. Vidal López, «Expresión, descripción y creencia consciente», Ideas Valores, vol. 63, n.º 154, pp. 85–106, ene. 2014.

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Vidal López, Javier. «Expresión, descripción y creencia consciente». Ideas y Valores 63, no. 154 (enero 1, 2014): 85–106. Accedido marzo 29, 2024. https://revistas.unal.edu.co/index.php/idval/article/view/30177.

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Vidal López J. Expresión, descripción y creencia consciente. Ideas Valores [Internet]. 1 de enero de 2014 [citado 29 de marzo de 2024];63(154):85-106. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/idval/article/view/30177

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